domingo, 21 de septiembre de 2008

El mundo se mueve… ¿y nosotros?

Rolando Cordera Campos

De seguir las cosas como van, Bush será declarado traidor por McCain y su aguerrida compañera de fórmula pedirá la hoguera para el comunista infiltrado, el sleeper, que despeñó a Estados Unidos por la odiada senda del estatismo y el socialismo. Por su parte, los dueños del universo que se soñaban Michael Douglas (recordemos Wall Street) hacen cola en las filas de la seguridad social americana, mientras que lo que impera en aquella gran potencia es su contrario, inseguridad colectiva, incertidumbre y angustia individual, que alcanzan a millones y hacen temblar las estructuras productivas, financieras y mentales más poderosas y arrogantes.

El mundo no sabe hasta dónde llegará la tormenta esta vez, pero sin duda sabe mucho más que antes para evitar que el sistema caiga como castillo de naipes. Los involucrados en su sostén no sólo son muchos sino también diestros y ahora se ven aumentados por los inesperados recién llegados al banquete capitalista, encabezados por China y Rusia, en cuyas arcas está gran parte de las reservas del mundo y en su subsuelo mucho del oro negro detectable. El vigor y la fragilidad del sistema se dan en esta expansión del globo la mano y se ven las caras.

En el sur de la región latinoamericana se arriesgan formas y modos para capear las crisis y tratar de sacar de ellas nuevas maneras de crecer y de defender las democracias alcanzadas a tan alto costo. La reunión de emergencia de Unasur por la tormenta boliviana, convocada por la presidenta Bachelet y articulada en sus desenlaces promisorios por Lula, es un botón de muestra que no permite conclusiones fuertes, habida cuenta de la memoria de tanto desencuentro y tan fallida retórica bolivariana, pero que sí lleva a imaginar rumbos mejores para los proyectos conosureños de unidad multinacional y progresivo fortalecimiento de unas economías cuyo éxito reciente no admite triunfalismo alguno: el nuevo ciclo de las materias primas les lleva a elevar su crecimiento (¡Uruguay con 13 por ciento este año!), pero no les condona una transformación productiva siempre inconclusa, tal vez la otra cara de una desigualdad profunda e inconmovible.

Leer mas

No hay comentarios: