domingo, 6 de julio de 2008

Confesiones verdaderas y verdades sospechosas

Rolando Cordera Campos


Mientras rencontramos la hebra para un acuerdo en lo fundamental, recordemos lo inmediato. El presente es continuo, sostiene el pensamiento único, pero el “estancamiento estabilizador” a que ha dado lugar su aplicación a ultranza propicia asimetrías económicas y sociales que niegan el discurso triunfalista de los grupos gobernantes y advierten sobre la inminencia de un gran ajuste social y político.

De cerca de 43 millones que forman la población económicamente activa, poco más de 5 millones tienen ingresos similares al salario mínimo; cerca de 9 millones de entre dos y tres salarios mínimos, y casi 8 millones reciben ingresos de entre tres y cinco mínimos. Es decir, más de la mitad de los que trabajan ganan igual o menos de cinco salarios mínimos, que en diciembre pasado fue fijado en 52.59 pesos diarios. Con las alzas en los alimentos y otras carestías continuas como las de las medicinas, no parece exagerado proponer que la pobreza se ha extendido y absorbe a núcleos de población que según las estadísticas habían podido salir de tal estado gracias a la estabilidad de precios, las transferencias de los programas de alivio, las remesas y demás.

Para la OCDE, el panorama laboral es sombrío. Muy bajo crecimiento del empleo y nulo aumento en las remuneraciones de quienes logran ocupación. Además, 60 por ciento de la fuerza laboral trabaja en condiciones de informalidad, sin seguridad social ni derechos contractuales. Los desafíos: “el creciente empleo informal, la discriminación laboral y el desempleo juvenil”, el viejo sur de los desvalidos rurales, instalado en pleno en las ciudades y las calles de México entero (véase El Economista, 3/7/08, p. 34).


Leer mas

No hay comentarios: